Y no más Chile para los chilenos, o eso querían creer



Después que los patriotas se tuvieran que retirar, los realistas pensaron que la reconquista sería rápida y sencilla, pero se equivocaron, ya que como mencionábamos en el artículo anterior, Manuel Rodríguez y sus Húsares de la Muerte no le hacían el trabajo fácil, debilitando la moral del ejército realista. En estos año el ejecito liberador ganó mucho apoyo gracias a la ayuda directamente indirecta de dos españoles: Casimiro Marco del Pont y Mariano Osorio, los cuales impusieron medidas autoritarias sobre los chilenos para hacerlos olvidar sus  antiguos hábitos independistas (como lo hizo alguna vez un gobernador chileno para poder parar las rebeliones mapuches) logrando incluso lo contrario de lo esperado, mas rebeliones y resentimiento a los españoles, que terminaron en módicas cuotas donaciones al ejercito libertador de parte de la aristocracia.
Las medidas utilizadas por Casimiro incluyeron cosas tan estúpidas como encerrar a los miembros de la Junta de Gobierno, incluso a los que apoyaban al rey o imponiendo nuevos impuestos y peor aún, cumpliéndose la pesadilla de Carrera, perdiéndose todas las reformas logradas por los liberales en esos 2-3 años de mandato. Como ya mencione, esto no funciono, transformando una pequeña nostalgia por los días independientes de 1812 en una rebelión masiva  del pueblo chileno contra los españoles.

"¿A quién le vamos a pedir perdón? ¿A los que trataron de matarnos? ¿A los que trataron de liquidar a la Patria?


Agusto Pinochet, descendiente directo de Casimiro Marco del Pont (Disclaimer: Subjetivismo al máximo)


Imagen: www.librosmaravillosos.com

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